lunes, septiembre 29, 2008

Inminente transformación


El tejido que ayer remendaste abriga el brazo que hoy se vence

ante la fuerza de la corriente del destino que deviene

como las olas eternas que peregrinan hasta besar con sus labios la frente de la arena

pero no protege la herida primaveral que hiciste al mirarme con tus lindos ojitos extraviados

el día que decidiste susurrarme con juglarescas palabras

que la sublime nación a la que perteneces suplica tu regreso definitivo

y que por ende el oasis (la tregua) de piernas entrelazadas en la madrugada

(que solía ser eterna)

estalla en su último clímax de luz confusa y vacilante

y que las partículas luminosas que de nuestros cuerpos unidos se desprenden

no harán ya más la (vital) alquimia trascendental

que transformaba mis pasos cotidianos y miradas furtivas

en el oro que codician día y noche

los que sucumben ante la fiebre del amor