Versos como diáspora y protesta

Pasar la noche dentro del átomo germinal de mi mismo

Es una idea que me persigue

Como el policía al ladrón que le ha robado la alegría

(Aunque probablemente aquello sea como el perro que se persigue la cola)

Proceso instantáneo como el café

Sucedáneo existencial

Que reconforta las mañanas con olores y sabores familiares

Que mantiene los ojos abiertos en las noches eternas

Que cuesta un poco más barato

En todos los sentidos en que se pueda aplicar el concepto de economía

¡Menos en uno!

“El yo moderno es un hoyo imposible de llenar”

¡Cuidado con tropezar y caer al salir a la calle!

Pues si sueño con esto estando despierto

¿Qué pasará estando dormido?

Y no es como en las obras viales

No hay carteles de colores llamativos

Nada brilla en la oscuridad

Nada refleja

De hecho, todo está hecho para simular

Que esos hoyos no son tales

Deberíamos hacer invertido en un globo aerostático

O en algún medio de transporte un poco más etéreo pues mujer

Maldito el día en que decidí hacerte caso

Y volverme uno más

Insisto:

si todo cambia y nada permanece

Todo y nada es invento que cambia y permanece

Pues de nada se está seguro

Salvo de la inmaterialidad o de la insustentabilidad de lo argüido

Y entonces por qué gastar palabras

Hablando con idiotas que piensan en esto como algo fijo

Daguerrotipógrafos de la vida

Ven el mundo foto por foto

Cuadro por cuadro

¿y el movimiento?

No sólo los autos y los aviones se mueven

¡No al sedentarismo vital!

¡No a las conversaciones idiotas!

¡Sí a las hojas de los árboles!

¡A las flores de colores!

¡A las mañanas de domingo en las ciudades hermosas de tu sexo!

Para reír entre los cerros con el aire puro en los pulmones

Con los juegos de luz a medida que los objetos se alejan hacia el horizonte

¡No a lo superficial!

Sí a lo que entiende que en el fondo no hay mucho que entender

Sino mucho que disfrutar

En un respetuoso y humilde silencio

Pues no es la palabra lo malo

Sino el uso que hacemos de ella

O más bien

El desuso que no hacemos de ella