martes, abril 08, 2008

Febril

No comprender el porqué de la necesidad constante que me acecha desde la oscuridad, oculta en las matas. Cómo me matas. Hoy con estos ojos ardiendo de peste, con esta piel que es más tuya que mía me dedico un instante a vivir o al menos a tratarlo, a olvidarme de todo lo que pueda olvidarme y a hablar tanto que llegue a olvidárseme la nada. Los amigos y las amigas, la bebida, el cigarrillo, la nimiedad de la existencia, el temor de respirar, los monstruos a la vuelta de la esquina, la prosa poética, la chueca y el campo. El tener que escribir en base al sentido común, pensando en un lector bastardo. ¡Tanta letra perdida quién sabe dónde! Y hasta qué punto soy yo me pregunto todos los días de mi vida, hasta qué punto no soy una prolongación conspirativamente calculada milenios atrás por la sombra que duerme conmigo en esta cama que no deja dormir, que me apalea la espalda pero por sobre todo la moral, que se torna cada día más púrpura, que se pudre como un limón o al menos un trozo de él olvidado en el fondo de un vaso de pisco o de ron, dependiendo del humor del bolsillo en el que guardamos las penas y las pocas alegrías

1 Comments:

Blogger PàjaroEnPecera said...

son ires y venires en descansos y vaivenes, son autos, son trenes, aviones que como espirales cayendo al agua hirviendo (con sal y aceite) alimentan sueños, teorías y diversas cavilaciones; son terrones de azucar diluyendo lo acido del dia, son interminables colas para recibir atencion, epidemias incontrolables como la politica o la religion,son intermitentes trazos de lucidez o sinrazon,son vocales y consonantes unidas por una que otro sazon,son saludos espontaneos emitidos sin luz al resguardo de 25º,es calor, un computador y muchas ganas de estar ,aqui y alla, de saberse uno y todo, de entregarse desmikal, sin ton ni son.

12:12 a. m.  

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