miércoles, abril 30, 2008

Nuestra nueva lluvia


Un líquido dulzor que me toca el hombro izquierdo y me sonríe sobre el derecho

las gentiles gotas de lluvia caen tímidas de interrumpir nuestro abrazo.

Entonces la buena suerte me invita a hacer malabares

Y sucumbo en complacencia ante la transparente calma de nuestra envolvente envoltura)

Para hacernos música en el silencio y volvernos deliciosos

en el instante mismo en que el tiempo se extiende y se contrae

en un movimiento telúrico de amor,

de placas tectónicas que se chocan como los amantes nocturnos

Y mis versos acaban en ti como la nieve en el mar

Y mis besos acaban en ti como la sal en la tierra

Disfrutando de ser andariegos sobre las calles tenues de la ciudad invisible

en la que nos perdemos una y otra vez y que hoy es nuestra

sólo porque andamos tomados de la mano sin tocarnos

desnudos de lo innecesario

mientras cada paso nos acerca más al amor que hacemos y que haremos

pues eres la llora al pasar bajo el puente

que te lleva a casa

para zambullirte en la selva y el río

que atraviesa el aire

como un solo de flauta traversa

al respirar el aire grueso que emana de las hojas verdes

como el color de la vida

pues cuando por ti miro al cielo

las nubes pintan en mi como lienzo de buen ánimo

de esperanza resucitada

y de fe florecida felizmente