VIII

"...Nos vemos enfrentados entonces a que en la praxis, la imposición de verdades científicas resulta, en pocas palabras, contraproducente al fin mismo de la ciencia (o conocimiento ulterior de la naturaleza de las cosas), de partida porque si bien el método puede ser riguroso, las circunstancias del devenir histórico que eterna e inexorablemente nos determinan no tendrán ninguna compasión, transmutando las realidades una vez tras otra, ante lo cual, ni siquiera el Aleph de Borges podría servirnos de guía efectiva a la hora de dilucidar verdad de ilusión, espacio público de espacio privado, etc.".